viernes, mayo 07, 2010

Arqueología: Momías reales.

Momia del rey aragonés Pedro III, el Grande.

Reconstrucción de la momia de la Reina Blanca de Anjou.

Aunque la noticia sobre el proyecto de exhumación de los restos de la dinastía que reposan en el monasterio de Santa María de Santes Creus (Alt Camp) no es nueva, los últimos datos proporcionados por el examen realizado a los restos contenidos en la tumba de Jaime II de Aragón, el Justo y de su esposa, Blanca de Anjou, hacen que retomemos esta información para comentarla un poco más. El trabajo de arqueólogos y restuaradores se enmarca en la conmemoración del 850º aniversario de la construcción del citado monasterio. La apertura del sarcófago de Pedro III de Aragón, el Grande, el único enterramiento de esta dinastía que no había sido profanado, permitirá averiguar un gran número de valiosos datos sobre la familia real, su genealogía, enfermedades y sobre sus hábitos cotiadianos (nutrición, higiene, vestido, etc.) en los siglos XIII y XIV. La información obtenida de esta investigación aportará más luz sobre las biografías, ya de por sí interesante, los protagonistas de esta historia. Valga como muestra un botón.

Pedro III de Aragón y Valencia (1240-1285) no era el primogénito, pero si fue el sucesor de Jaime I el Conquistador (1208-1276) tras la muerte de su hermano, el Infante D. Alfonso. Es a este monarca al que se debe la expasión mediterránea de la Corona de Aragón, ello provocó su enfrentamiento con Francia y que el Papa Martín IV le excolmulgase, lo que agravó la problemática situación del interior del reino. Aunque Pedro III pudo solventar las disensiones internas de Aragón, murió sin zanjar totalmente el conflicto por Sicilia y apunto de emprender una ofensiva contra su hermano Jaime II de Mallorca (1243-1311) y su sobrino Sancho IV de Castilla (1258-1295).
Jaime II (1267-1327) había sucedido a su hermano, Alfonso III, que había muerto con 26 años en 1291. A la muerte de su padre zanjó las tensiones con su tío Jaime II de Mallorca obligándole a reconocerle como señor feudal en 1279 y ofreció una alianza matrimonial a su primo Sancho el Bravo, la cual fue invalidada por falta del consentimiento papal, y el conflicto siciliano finalizaría diez años después de la muerte de su padre con un provechoso tratado. Una vez cerrados todos los frentes abiertos por su padre, Jaime II se encontró con la oposición de su hermano, el Infante D. Federico, a quien, tras una dura campaña, se vio obligado a reconocer como rey de Sicilia. Fue este rey el que impulsó la expedición a Oriente de Roger de la Flor y respaldó las propuestas sobre Tierra Santa de Ramón Llull, y quien desterró a los templarios de su territorio. El último acto de la expasión por el Mediterráneo de la Corona Catalano-aragonesa durante su reinado fue la incorporación de Córcega y Cerdeña. Hizo buen uso de las estrategias matrimoniales, ya que contrajo matrimonio en cuatro ocasiones, con Isabel de Castilla (1291), con Blanca de Anjou (1295), con María de Chipre (1315) y con Elisenda de Montcada (1322).

Su esposa, Blanca de Anjou (1280-1310), hija del rey napolitano Carlos II, el Cojo, había sido una pieza clave en el tratado de Agnani (1295). La paz en Sicilia dependía del matrimonio de una niña de 13 años con un joven monarca que estaba al borde de la treintena, la política de alianzas matrimoniales entre las casas reales europeas estaba en marcha, y la monarquías y la alta nobleza del Mediterráneo no era una excepción, de modo que a la propuesta de paz se uniría también el ofrecimiento de casar al infante Federico II de Sicilia, hermano menor del rey y gobernador a la sazón de Sicilia, con otra de las hijas de Carlos II, Leonor. Este hecho le acarrearía la denominación por parte de sus nuevos súbditos de la Reina Blanca de Santa Pau. Pese a que se sabe que Blanca fue la segunda esposa del rey hay entre los tratadistas e historiadores como Capmany la consideraban su primera mujer, al haber sido invalidado el matrimonio con su sobrina Isabel de Castilla. Le dio al rey diez hijos y murió de sobreparto a la temprana edad de 27 años. Su esposo dispuso que se le enterrase junto a ella en el monasterio de Santes Creus.

Este episodio da buena cuenta en su Monarquía de España, Pedro de Salazar Mendoza en los siguientes términos:

"Luego como fue preso Carlos hijo de Carlos de Anjou , fue llevado á Sicilia, y de alli á Cataluña. Antes que partiese de la Isla para España renunció solemnemente en favor del Rey D. Jayme de Sicilia hijo del Rey D. Pedro de Aragon y de la Reyna Costanza de Sicilia todos y qualesquier derechos que le pertenecian á aquella Corona, y en las Islas adyacentes á Sicilia, y prometió por si y por sus herederos y sucesores, que de alli adelante no se intitularian Reyes de Sicilia. Estuvo preso quatro años, y puesto en su libertad , interviniendo en que la consiguiese Eduardo Rey de Inglaterra, tornó á jurar y ratificar lo que havia prometido y jurado en Sicilia. Pasó á Italia , y empezóse á llamar Rey de Sicilia, y fuele dada la Investidura por el Pontifice Nicolao IV. Por otra parte D. Jayme Rey de Sicilia aspiraba al Reyno de Napoles que tambien le pertenecia. Despues de muchas diferencias que pasaron sobre estas pretensiones , se asentaron paces entre los Reyes de Aragon y Sicilia, y Carlos Principe de Salerno, y quedaron concordes en esta forma.

El Reyno de Napoles se dió al Principe que de aqui adelante llamarémos Rey con 159 florines de censo al año pagaderos á la Santa Sede Apostolica, y dióle la Investidura el Papa Bonifacio VIII: el de Sicilia y de las demás Islas á D. Fadrique hermano de D. Jayme, que era Rey de Aragon con Doña Blanca hija de Carlos Rey de Napoles. Doña Leonor otra hija con el Rey D. Fadrique de Sicilia. De esta manera quedaron en buena paz estos tres Principes."

Los sepulcros del Monasterio de Santa María de Santes Creus fueron en su mayoría profanados en 1835 durante las Guerras Carlistas, por la Legión Francesa de Alger y un grupo de Miqueltes. Los restos de la reina Doña Blanca fueron arrojados a un pozo, después de ser descuartizados y exhibidos, del que tardarían dieciocho años en ser rescatados; los del rey Don Jaime corrieron peor suerte, ya que se dice que fueron quemados en gran parte.

Enlaces:

Pere el Gran conserva sus huesos (El País)
Gato por momia (El País)
Pere, el Gran vivió como un rey (El País)
La reina Blanca renace de sus trozos (El País)
Vídeos:

Apertura de la tumba de Pedro III el Grande (Pere III, El Gran).



Análisis de las primeras muestras extraídas a Pedro III.



Reconstrucción de la momia de Blanca de Anjou, esposa de Jaime II, el Justo (Jaume II, el Just)

0 comentarios: