Hace algún tiempo ya hablamos de la consolidación de los lectores electrónicos en el mercado y de las ventajas que tiene para docentes e investigadores. Pues bien, ha llegado el momento de profundizar en el manejo de estos aparatos y dar unas claves de uso, o mejor dicho, unas pequeñas recomendaciones acerca de los diferentes formatos que vamos a encontrar en la red.
A la hora de elegir uno de los modelos que hay en el mercado, además de tener en cuenta la relación calidad-precio, es importante tener en cuenta al menos tres cosas:
- Niveles de gris que tiene ( a más niveles, mayor contraste y definición de la imagen).
- Capacidad de almacenamiento o de ampliación de memoria, ya que nos conviene que admita tarjetas de memoria de 8 a 32 Gb. Recordemos que estamos hablando de un uso profesional y de lo que se trata es de crear nuestra propia biblioteca portátil.
- Que sea compatible con el mayor número de formatos posibles.
Personalmente, como usuaria desde hace tiempo de un estupendo lector, no tengo preferencia por un formato en concreto, suele depender del tipo de lectura (facsímil, artículo, novela, manual...) o más bien, de las características de la misma (tamaño de letras, si contiene imágenes, notas a pie de página). Sin embargo, debido a que la mayoría de los dispositivos disponibles no superan las 6 pulgadas de pantalla es preferible que utilicemos formatos más flexibles que el pdf, como el ePub, el fb2,el txt, el HTML, el doc de toda la vida y el Djvu.
Aunque el problema principal no es la gran variedad de formatos, sino las limitaciones a la hora de reproducirlos o la necesidad de emplear conversores, lo que incluso nos lleva a hacer nuestra propia edición del material para adaptar bien al dispositivo, bien a nuestro gusto (siempre hay a quien no le importe que el texto esté sin justificar). Ya conocemos las ventajas de doc y txt (siempre con el texto justificado pero más pobre visualmente hablando) y a veces el HTML puede ser una opción de emergencia (puede que sea el único formato en el que encontremos algunos textos), pero poco sabemos de otras propuestas más recientes. Para familiarizarnos con los nuevos formatos vamos a destacar los más útiles y conocidos en la red:
El ePub es posiblemente el formato con mayor difusión, pero la calidad de los disponibles es muy dispar, sobretodo en el caso de obras antiguas como las digitalizadas por Google Books. Si queremos preparar nuestros propios libros en epub el mejor editor es Sigil, que además es gratuito.
Fb2 tiene también un gran calado principalmente gracias a las plataformas creadas por los usuarios de lectores Hanlin y Papyre. Fácil de manipular, al igual que el epub permite la inclusión de imágenes y puede modificarse o corregirse con Book Designer.
Djvu, menos extendido pero más versátil que otros formatos, es muy recomendable para la lectura de facsímiles o comics, por ello proyectos como Internet Archive han apostado por incluirlo entre sus opciones de descarga. Tiene su propio visor y editor, STDU Viewer.
También pueden emplearse programas como el de Grammata o pdfzilla y también otros conversores online que podemos encontrar para diferentes formatos, pero salvo con documentos en word o txt, es recomendable revisar el resultado final, pues puede haber confusiones o errores tipográficos producidos durante el proceso. La demanda crece y ya hay páginas web como Manybooks.net que permite escoger el formato en el que vamos a realizar la descarga (gratuita por supuesto). El e-book ha llegado para quedarse, tú eliges si quieres subirte al carro.
1 comentarios:
Muy útil la información. Gracias
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