Tradicionalmente Shakespeare siempre ha sido Shakespeare, pese a que tengamos muy pocos datos de su vida personal, esto es lo que se ha establecido académicamente y como tal se acepta, pero... ¿y si Shakespeare hubiese sido un impostor? Varias son las tesis que ponen en duda, ya desde el siglo XVIII, la autoría de las obras del poeta inglés. Se le atribuyen varios "colaboradores", (la llamada 2redacción en compañía"), pero el mayor debate es el que existe en torno a su identidad y la posibilidad de que Shakespeare fuese únicamente el seudónimo de otro personaje.
Entre los candidatos se encuentran el filósofo Francis Bacon (1561-1626, el poeta Christopher Marlowe (15-1593) y el 17º Conde de Oxford, Edward de Vere (1550-1604). Las motivaciones para esta ocultación sociedades secretas, estatus social y una conspiración para salvar la vida de uno de los implicados... a simple vista, la polémica académica de más de dos siglos tiene argumentos suficientes para llamar la atención de cualquier buen novelista. Voltaire,Twain, Freud, Whitman, entres otros muchos han especulado y defendido alguna de estas propuestas. Pese a todo, incluso a la pasión de algunas defensas, el mundo académico se había decantado por creer, afirmar y defender que Shakespeare era Shakespeare, el argumento es lógico, ¿por qué no iba a ser él y si otro?.
La discusión pública se reabrió hace cuatro años en la esfera escénica y académica británica, cuando la Coalición de la Autoría de Shakespeare formada por más de 300 actores ingleses y expertos presentó una duda razonable sobre el autor. Si bien admiten que existió la figura histórica de William Shakespeare, vecino de Stratford Upon Avon, hijo de un alcalde, actor a quien tradicionalmente se le considera como el autor de Otelo, Romeo y Julieta o Hamlet, su duda está basada, entre otras cosas en (nos expresamos en sus términos):
- La falta de documentación sobre su vida privada.
- La precaria educación recibida por presunto dramaturgo había sido muy deficiente, en una familia analfabeta, no conocía el latín ni el griego, y por lo tanto difícilmente podría haber hecho uso de unos conocimientos que no tenía en sus obras, que por el contrario abunda las metáforas y las referencias cultas y mitológicas.
- El perfecto conocimiento de los ambientes italianos.
- La ambientación en el estamento nobiliario, que no podría haber conocido dada su humilde extracción social.
- La falta de pruebas documentales de que percibiese alguna retribución por sus obras.
- La inexistente mención de sus obras en su testamento.
- La mayoría de sus obras aparecieron en una primera edición de forma anónima.
Todo un misterio.
Partiendo de estas dudas el cine especula. El director Rolan Emerich, con guión de John Orloff, es quien se decidió a recoger el testigo y presenta un thriller con una ambientación histórica impecable (con reconstrucción de algunos de los escenarios a tamaño real). Más de una década de trabajo de ambos ha dado lugar a este film, que apuesta por la hipótesis del Conde de Oxford con una conspiración que tiene como trasfondo los últimos años del reinado de Isabel I de Inglaterra.
Como primera curiosidad, en el comienzo del trailer podemos ver al actor Dereck Jacobi, que en 2007 fue uno de los principales promotores de la Coalición.
El tema como todo enigma interesante. La primera impresión es prometedora, ahora nos queda esperar al estreno el 21 de Octubre.
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