Hace unos días un amigo me envió este texto de José Joaquín Rodríguez Lara sobre la escandalosa y vergonzante metedura de pata de la Biblioteca de Extremadura. ¿Cómo se puede pasar por alto el valor histórico y bibliográfico de todas las obras que conforman la Biblioteca de Barcarrota? No se trata de una anécdota sino de un error institucional flagrante que, bajo ningún concepto, puede volver a repetirse.
El texto de Rodríguez Lara lo explica con una claridad encomiable todo este absurdo enredo. A continuación, lo reproduzco integro, tal y como lo ha publicado el autor en su blog.
"Una metedura de pata libresca y no anecdótica
José Joaquín Rodríguez Lara
La Biblioteca de Extremadura, entre cuyas funciones está la conservación y difusión del patrimonio bibliográfico extremeño, ha editado un opúsculo en el que se minusvalora de forma ramplona y con dinero público a diez de los once textos encontrados en agosto de 1992 cuando estaban emparedados en una vivienda de Barcarrota.
(Después del maltrato que recibió la nómina de Fernão Brandão -también perteneciente al singular conjunto bibliográfico de Barcarrota- que estuvo perdida y fue hallada en una caja fuerte de la Junta durante la última legislatura socialista, como ya conté en su momento, parece que llueve sobre mojado).
Para la Biblioteca de Extremadura, el hallazgo de los textos que pertenecieron al médico judío Francisco de Peñaranda, natural de Llerena, y que estuvieron más de 430 años emparedados en la tapia de un 'doblao' bacarroteño "no pasaría de anécdota libresca de no ser porque entre los libros que conformaba la hoy conocida como Biblioteca de Barcarrota figura un ejemplar único hasta la fecha de una edición desconocida del Lazarillo de Tormes, impresa en Medina del Campo (1554)".
La redacción, manifiestamente mejorable, de esta singular afirmación deja bien claro que, para la Biblioteca de Extremadura, el Alborayque, la Oración de la Emparedada, la Lingua de Erasmo, el tratado de quiromancia, el manuscrito italiano de contenido sexual, el tratado sobre exorcismos y los demás textos que, además de 'El Lazarillo', constituyen la Biblioteca de Barcarrota son una simple 'anécdota libresca', algo sin mayor importancia, un conjunto de obras que la Junta compró en 1995, durante el gobierno de Rodríguez Ibarra, porque venían con las andanzas de Lázaro, pues de lo contrario no lo habría adquirido, ni se hubiesen encargado estudios a diferentes expertos sobre cada uno de los textos 'anecdóticos', ni se habrían hecho ediciones facsímiles de los mismos ni, por supuesto, estarían ahora almacenados, preteridos y minusvalorados en la Biblioteca de Extremadura.
El artículo 82 de la ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura en su apartado 2 afirma: "forman parte del patrimonio bibliográfico de Extremadura las obras con más de cien años de antigüedad, incluidos los manuscritos, así como los fondos que por alguna circunstancia formen un conjunto unitario, independientemente de la antigüedad de las obras que lo conforman." Al ingenuo e infeliz legislador se le olvidó especificar que los obras "con más de cien años de antigüedad" (como las de la Biblioteca de Barcarrota), así como los documentos "que por alguna circunstancia formen un conjunto unitario" (como los de la Biblioteca de Barcarrota), son "parte del patrimonio bibliográfico de Extremadura" aunque para algunos eruditos en bibliografía (me resisto a admitir que haya bibliófilos que subestimen un conjunto bibliográfico del siglo XVI) no pasen de constituir una "anécdota", es decir, una curiosidad irrelevante, "libresca".
Si le interesa puede consultarla la ley 2/1999 en el enlace
El blog de Rodríguez Lara es muy recomendable y lo podéis consultar en :
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