Hablamos pues, de la Memoria. Del relato subjetivo de un pasado reciente. Una voz de entre todas las que forman el componente oral de la Historia. Se trata de la fuente más efímera y de mayor impacto emocional que puede encontrar el investigador. Es la percepción imperfecta y viva de cualquier episodio, hecha verbo y recogida por uno de sus protagonistas o uno de sus testigos. Un empacho de memoria puede suponerle al investigador un "dolor de cabeza metodológico", pero alejarnos de ella no puede ser mejor.
Entender los procesos y hechos históricos, analizarlos, reconstruirlos y darles su verdadero valor desde el rigor y teniendo muy presente la perspectiva es fundamental para el historiador, pero una Historia sin memoria, es una Historia desnaturalizada. Hay que encontrar el equilibrio para comprender dentro de nuestras limitaciones, para dejarnos iluminar y escapar del olvido, para aprender de todo aquello que el Pasado nos puede enseñar. Esto es lo que debemos recordar al sumergirnos en los niveles inferiores del relato, pasando del macro al micro, donde, manteniendo la diferenciación clara entre Historia y Memoria, cada investigación, si es la vocación quien la emprende, se convierte en un peculiar viaje.
Sobre el autor, la novela y la película se pueden consultar los siguientes enlaces:
Jonathan Safran Foer (web oficial)
Todo está iluminado (sobre el libro)
Everything is illuminated (2005)